El actor Ferrán Garrigues, leyendo una pasaje de "Nunca seremos los mismos", en la presentación de la novela en Castellón. Leía, con su maravillosa voz, una carta que Manuel Murillo envió desde Nueva York, a su querida Viveka, a París, en los días difíciles de la ocupación nazi.
Esta es la carta:.
Querida Viveka:
Te
envío esta carta a través del consulado argentino en Nueva York, tal como me
dijiste, esperando que te llegue antes, y puedas compartir conmigo la alegría
que tengo estos días. Ya sé que hablarte de lo bien que me van las cosas puede
parecer frívolo en tu situación, con los nazis encima de tu vida, pero es
contándote lo que me pasa la única manera que tengo de compartirlo contigo, y
ahora quiero que tú también seas participe de mi satisfacción.
El
viernes 22 de Octubre inauguramos, por fin, The Blue Garden, mi, nuestro, club
de jazz. Todo un éxito, que se ha convertido en uno de los acontecimientos del
otoño en Nueva York. Por el club pasaron casi todas las personalidades
relevantes de la cultura y el arte neoyorquino, y una profusión de fotógrafos
de diferentes periódicos. Hubo actuación de Frank Sinatra y la Orquesta de
Glenn Miller, y se bailó, se comió y se bebió. Una gran noche, que para mí solo
tuvo una sombra: tu ausencia, el deseo de tenerte allí conmigo disfrutando de
todo lo que sucedía.
He
conocido a una mujer extraordinaria: Pilar García. Es una exiliada española que
me encontré en condiciones calamitosas en Central Park (en otro momento te
contaré el sufrimiento que ha padecido desde que se exilió) y se ha convertido en mi mano derecha, como
secretaria personal. Es una mujer de edad madura, con un hijo encantador, que
ha sustituido a Mss. Cameron como confidente de mis penas y alegrías. Ella es
la que en los momentos que más te echo de menos me da consejos y ánimo. Espero
que más pronto que tarde os podáis conocer. Eso significaría que estarías ya
aquí, a mi lado.
Temo
por ti, y por Rodrigo y Marga. Desde la entrada de Estados Unidos en el
conflicto, la guerra está dando un giro negativo para Alemania, y eso puede
recrudecer la represión en las zonas ocupadas. No sé en qué estaréis metidos,
seguro que en algo, pero tened mucho cuidado. Aquí se habla de pocos meses para
la derrota de Hitler, pero ya sabes, los americanos tienen el optimismo de los
triunfadores, y muchas veces sus apreciaciones no coinciden en nada con la
realidad.
Por
fin conseguí librarme de ser reclutado a filas. No ha sido fácil. Pero
invocando a mi estatuto de refugiado, a las donaciones que hago a las
asociaciones que organizan la retaguardia, y sobre todo, a algunas influencias,
ha conseguido que no me movilicen. Habría sido terrible tener que volver al
frente. No sé si lo hubiera podido soportar.
Te
quiero sin tregua y cada día deseo que llegue el momento de poder tenerte en
mis brazos. Dales recuerdos a Marga y Rodrigo, y si necesitáis fondos para la
causa, buscaremos una manera de hacéroslos llegar.
Besos de quien te quiere.
Manuel
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